Yo no se vosotras, pero para mi, la posibilidad de realizar mis compras domésticas semanales por Internet es el mayor invento después de la lavadora, la secadora y el lavavajillas. Todo son ventajas, sino ya me lo contareis más adelante.
Qué maravilla sentarme diez minutos ante el ordenador y llenar mi cestita de la compra de una manera racional y meditada. Lo de racional lo digo, porque me permite reflexionar sobre lo verdaderamente necesario y lo que no lo es. Por ejemplo, me ahorro la tentación de la compra impulsiva de chocolates, heladitos y dulces que si no tengo en el armario, pues no me como.

Otra de las ventajas es que el realizar la compra on-line me permite ahorrar una partida importante, a la vez que frustrante dedicada a cremas anti-todo como la anti-edad, anti-arrugas, anti-celulitis, anti-piel de naranja…Pero, ¿Realmente alguien sabe qué puñetas es la piel de naranja?. Da igual, yo me la compro por si acaso.
En la siguiente sección están las otras, las que prometen en unas semanas, colocar todo en su sitio. Unas, reafirman el busto, otras reducen el abdomen, las caderas, y las demás para los glúteos, para aumentar el volumen de los labios…. y no se cuantas cosas más. Llegadas a esta sección la duda es ¿Cuál de todas necesito? ¿¿¿¿Las necesitaré todas????. ¡Socorro qué pesadilla!!
Las mujeres que me lean y estén en la barrera de los 40, me entenderán. Al final, frente a la sección de cosméticos, aturdidas y cansadas del trabajo, de los niños, de las colas nos damos un premio y… ¡¡¡Decidimos comprarlas todas!!!, esperando no encontrar a ningún conocido en la caja que pueda presuponer que tras esta imagen de mujer “madurita pero aceptable”, pueda haber una carne flácida y celulítica.

Una vez superadas estas dos cuestiones, y volviendo a lo que en un inicio quería argumentaros, la ventaja más importante que la compra on-line nos ofrece es la posibilidad de disponer de más tiempo para lo realmente importante en nuestras vidas. Nos ofrece la posibilidad de dedicar nuestro tiempo libre a actividades como acompañar a nuestros hijos en sus actividades extraescolares o disfrutar un paseo en bicicleta con la familia, en lugar de compartir el estrés de cargar un gran carro de productos en tiempo record como si nos fuese la vida en ello. Y no es más que la compra de la semana.

Así que si tenemos en cuenta que todo son ventajas, cada día somos más los que preferimos ir a nuestro sitio de e-commerce y hacer nuestro pedido, que además nos traen hasta el domicilio.

Y con el tiempo y el presupuesto ahorrado en las crueles cremitas y los prohibitivos chocolates, me puedo pagar la cuota del gimnasio, que seguro que sí que funciona.

Hasta la próxima.