Hoy me he tomado el día semi-libre y me he ido de excusión con la escuela de verano a un parque acuático situado en pleno paraje natural de Segorbe. El día se presenta fantástico, aunque voy a estar conectada desde mi notebook y mi teléfono a la oficina central de Dicreato,  mi correo electrónico, al blog y a un montón de temas más que no enumero por no aburrirnos. Pero es la nueva realidad.

Así que aquí me tenéis, pensando en como abordar los nuevos proyectos que este mes de Julio hemos planteado para nuestros clientes, que a pesar de la laureada crisis, son muchos e interesantes. En especial, la creación de una marca para una nueva empresa que promete éxitos por la experiencia  demostrada en otros sectores. Así que, le vamos a crear un nombre, una marca que sea capaz de identificar a la empresa y su manera de hacer las cosas. Su misión y su visión, sus objetivos, su personalidad.

Y sobre esto, pienso ¿Qué es lo que toda marca desearía? Por supuesto, ser reconocida, identificada y valorada, pero por encima de todas estas cuestiones, lo mejor que puede tener una marca es tener predicadores. Con predicadores me refiero a tener clientes que la recomienden a sus conocidos y se conviertan en los mejores apóstoles de la misma. Esto es lo que han conseguido marcas como Apple o Harley Davidson, Nike, Ferrari. Símbolos que han conseguido clientes satisfechos que se identifican tanto con los valores que comercializan esas marcas que no dudan en tatuarse sus propios cuerpos con las mismas o lucirlas en cualquier objeto personal. En definitiva, clientes que viven con pasión los valores de las marcas.

Ese es el secreto de las grandes marcas, la capacidad de generar emociones que permitan generar un vínculo de lealtad real. Productos que, además de utilidad, sean capaces de crear experiencias con los usuarios, productos cuya comunicación transmita  estilos de vida con los que los clientes se sientan identificados.

Por ello, la nueva realidad web 2.0 nos permite abordar estrategias y fijar objetivos de marca de una manera mucho más fácil gracias a la capacidad que nos ofrecen de conectar con nuestros clientes a través de las redes sociales y de la creación de comunidades que nos permitan conseguir apóstoles de nuestra marca, en definitiva FANS, que nos permitan un  efecto multiplicador real a través de la red.

Así, que después de esta pequeña reflexión, tengo más claro el camino a recorrer con nuestro nuevo cliente y con todos aquellos clientes que decidan emprender el camino de crear una nueva marca.

Ahora, voy a volver a mi realidad y a tomar el sol un poquito. Eso sí claro, con protección solar.

Nos vemos.